De la tierra al agua: mi viaje hacia la sanación con constelaciones

Hay historias que comienzan con una semilla y otras que empiezan con un manantial de sabiduría.
La mía comenzó en 2001, cuando, como psicóloga, trabajaba en una clínica y descubrí un método que cambiaría mi manera de mirar el alma humana: las constelaciones familiares.

Fue como abrir una puerta a un mundo subterráneo que siempre había estado ahí. Me enamoró la forma en que esta metodología tocaba el origen de las heridas emocionales, no solo aliviando el dolor, sino transformándolo. Una sola sesión podía avanzar lo que otros procesos tardaban meses o incluso años.

En 2008 decidí adentrarme por completo en esta aventura académica y formarme como consteladora familiar. Cada trabajo individual con mis consultantes era como presenciar un amanecer: cambios profundos, reconciliaciones inesperadas y un eco de paz que alcanzaba todos los rincones de la vida. Yo misma atravesé mi propio cauce de sanación, especialmente en el...